2º parte

¿Qué te llevó a convertirte en empresaria?

Mi bisabuela, quien me enseñó a bordar desde pequeña y, en honor a ella y ellas, empecé a consolidar este colectivo de artesanos que ahora se integran con 38 mujeres de diversos pueblos del Istmo de Tehuantepec. La matriz y el despacho de los envíos al país, y donde hay una persona gustosa de vestir de fiesta, todo ello se realiza desde Metepec, Estado de México, donde actualmente vivo y colaboran 8 mujeres más.

También ser madre de dos hermosas hijas le dió un sentido distinto a mi vida, no quería, como muchas mamás, perderme de esos momentos, y he de confesar que vivir lejos de Juchitán y sus mujeres que funcionan como red de apoyo, también me complicaba el escenario. Eso me orilló a renunciar a una empresa paraestatal, tomar un respiro y concretar el sueño que tenía como asignatura pendiente.

Durante mi infancia y universidad me dediqué a la venta de muchas cosas para apoyar a mis padres y solventar los gastos de las carrera: desde barrer escuelas, lavar y planchar ropa, ser edecán, vender cosméticos, etc. Mi manera de vestir siempre fue no muy convencional, enagua y huipil, huaraches y una sonrisa como el mejor de los accesorios. Me di cuenta de que era un lucha contra el sistema, la discriminación estaba a la orden del día, y entonces entendí que, de seguir así, estaríamos perdiendo al mejor de los legados, nuestra identidad.

Así que decidí vender Huipiles y Enaguas, primero en reventa y hace 3 años en diseños propios y de mis colaboraciones bajo el amparo de nuestra marca registrada, La Teca de Oro, “Teca” por el gentilicio y apócope de Juchitán, y de “Oro” porque las abuelas istmeñas nos dicen “bola de oro” de cariño a los nietos, en un acto de ser nosotros lo más valioso para ellas, y era así como Inés me llamaba “Bola de oro”.

¿A qué edad comenzaste tu negocio?

Aunque desde pequeña aprendí a bordar y he nacido inmersa en el mundo de lienzos y bordados, La Teca de Oro, en sus textiles, nace cuando yo tenía 39 años. El 25 de octubre de 2015, y como marca registrada, en febrero de 2017.

¿Cuál ha sido tu mayor obstáculo y cómo lo superaste?

Con tristeza he de confesar que la discriminación aún existe, pero me queda claro que eso también es parte de mi trabajo, y hace notar la valía de los textiles mexicanos, oaxaqueños, istmeños. Sueño con que todos los mexicanos y mexicanas se sientan orgullosos y orgullosas de serlo. Sueño que tengas orgullo de México porque abrieron tu corazón y entendieron que el proceso de bordar es producto de alegrías, pero también de lágrimas, dedicación, pero también de sueños.

¿Qué cambios has generado en tu comunidad?

Mujeres sumándose al proyecto, donde se permiten tener ingresos y además de no descuidar a su familia, aprenden a bordar y contribuyen así con el gasto familiar y la activación de la economía de la región.

La continuidad de bordados antiguos, antes de que se pierdan y solo los apreciemos en fotos.

La enseñanza a mi gente de que empresa y compromiso social van de la mano. No se puede reducir una empresa a solo hacer dinero si no tienes la capacidad de dar lo que recibes, por esa razón, la Teca de Oro regala guías de paquetería para las mujeres que desean donar su cabellera para la elaboración de pelucas oncológicas para niños que padecen cáncer; se donan huipiles para las abuelas istmeñas, para que sigan vistiendo de fiesta; vendemos artículos como tazas, agendas, bolsas de Ipads, y con ese ingreso, apoyamos en la reconstrucción de Juchitán después del sismo de septiembre 2017 donde se derrumbaron miles de casas y centros educativos.

Enseñarles a las nuevas generaciones el poder de los textiles, que son nuestra identidad y merecen el valor de portarlos con orgullo en la cotidianeidad.

¿Cuántos empleos a mujeres has generado?

38 mujeres en Istmo de Tehuantepec

8 mujeres en Estado de México

¿Cuál crees que es la importancia de las mujeres emprendiendo?

Porque se benefician directamente ellas: madres de familia, solteras, viudas, estudiantes.

Porque generan empleos.

Porque activan la economía de la región o zona.

Porque pueden tener un balance ideal entre familia y empresa.

¡¡Y porque te hace sentir muy CHINGONA!!

¿Qué le dirías a una mujer que quiere empezar su negocio?

Le diría lo que decía mi bisabuela y repite mi madre, “El negocio es celoso, requiere de atención, amor, cuidado, fe y mucha pasión”.

Yo le agregaría capacitación y disciplina.

¿Cuál es el aspecto más gratificante de tu trabajo?

Cuando me dicen “Teca, me siento poderosa cuando porto con orgullo una prenda istmeña”. Eso hace que todo valga la pena.

¿Quién ha sido un modelo femenino para ti?

Por ellas (las artesanas), por Ella, (mi bisabuela, Inés Felipe), las que sentaron bajo el fresco tamarindo de mi patria, para bordar anhelos, por las de ahora que tienden un petate bajo el bastidor para arrullar a su descendencia con la cadencia de las agujas enanas y el sonido de las históricas máquinas de pedal.

¿Cómo defines el éxito?

El éxito es útil si es en beneficio de muchos.  

¿Qué influencia tuvieron tu familia y amistades en tu camino como emprendedora?

Mi padre me dijo un día “Admiro tu valentía, de la nada construyes castillos”

Mi primo y hermana me dijeron “Estoy empezando mi negocio y te vengo a pedir que me apoyes con tu opinión, es muy valiosa para mi”

Mis paisanos: “Nos da orgullo que pongas en alto el nombre de nuestro pueblo, Juchitán lo merece”.

Mi esposo e hijitas: “Estamos orgullosos de tí”

Entonces me doy cuenta de la enorme responsabilidad que tengo de mi lado. Así que todos los días me levanto con fe y gratitud para dar lo mejor de mi misma.

Una frase que te inspire a continuar

“El mejor tiempo para soñar es estando despierta”

Mari Silvia Marín Pineda es una emprendedora y empresaria que tomó las capacitaciones de Crea en septiembre de 2017, en las Marinas Metepec. 

Su fuerza, orgullo y pasión cuando cuenta su historia nos impulsan a seguir trabajando para cambiar la vida de las mujeres mexicanas. 

Porque dar el primer paso no te llevará de inmediato a donde quieres llegar, pero te va a sacar de donde estás ahora. ¡Anímate y emprende!

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